Desde siempre las enfermedades nos han preocupado de una
manera importante, pero, ¿Cómo las curaban hace más de 2000 años?, aunque suene
increíble los romanos tenían formas peculiares de curar estas raras
enfermedades, sin dejar ninguna secuela y reparándola por completo.
La catarata es la opacidad parcial o total del cristalino.
La opacidad provoca que la luz se disperse dentro del ojo y no se pueda enfocar
en la retina, creando imágenes difusas. Es la causa más común de ceguera
tratable con cirugía. Tiene diversas causas, pero se le atribuye mayormente a
la edad, aunque también hay muchas otras causas. Con el tiempo se depositan
partículas de un color café-amarillo que poco a poco van opacando el
cristalino.
Las cataratas generan problemas para apreciar los colores,
cambios de contraste y actividades cotidianas como conducir, leer, etc.
Para esta anomalía visual los romanos inventaron una asombrosa
herramienta que consta de un tubo con un pequeño hoyo en la base y más abajo
una aguja, con la cual se colocaban detrás de la lente del ojo y una vez allí el
doctor succionaba con su boca a través del tubo, con ello eliminaba las proteínas
que se localizan detrás del lente, son estas proteínas las cuales provocan la nubosidad
en la visión.
Así es los romanos ya contaban con una tecnología increíble,
curaba completamente el problema visual y sin dejar ningún tipo de secuela o
efecto contraproducente, pero, aunque cueste creerlo, esta tecnología se ignoró
casi toda la edad media, en donde se usaba la técnica de cortar parte del ojo
para presionar la lente y sacar la llamada “catarata”.
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